El secreto a voces de la Carretera Austral te espera: El Ventisquero Colgante.
Este espectacular glaciar milenario suspendido entre majestuosas montañas.
Coronando el parque nacional Queulat, enclavado en un rincón aislado y poco transitado, es un paraíso natural virgen y prácticamente intacto. Sus paisajes son un festín para los sentidos, con fiordos serpenteantes, ríos caudalosos y glaciares majestuosos, todo rodeado por el llamado Bosque Valdiviano, un bosque eternamente verde donde los hongos, helechos y musgos prosperan en la humedad y oscuridad característica.
El Parque Nacional Queulat es el hogar de una variada flora que se encuentra exclusivamente en esta región del planeta. Su selva de árboles longevos y majestuosos, se alzan como guardianes de este paraíso natural. Aquí, cada rincón es una oportunidad para conectarte con la naturaleza en su estado más puro.
Pero uno de los puntos culminantes y menos conocidos del parque es el Ventisquero Colgante. Este glaciar, que se aferra a la vida entre dos montañas cubiertas de vegetación, cuelga a unos 200 metros sobre un arroyo alimentado por el deshielo. Desde el corazón del glaciar, varias cascadas vierten sus aguas y hielo hacia el fondo del arroyo, creando un espectáculo de proporciones épicas.
Para llegar al mirador del Ventisquero Colgante, deberás pasar por la barrera del parque y pagar la entrada. Luego, seguirás un camino de tierra hasta llegar a un pequeño estacionamiento. Desde aquí, se abren varios senderos que te llevarán a explorar los alrededores.
Uno de los senderos te guiará a la Laguna de los Témpanos, desde donde podrás contemplar el Ventisquero desde abajo. El otro sendero te llevará al mirador, situado justo frente al glaciar. La subida puede ser desafiante debido al calor, la densa vegetación y la humedad, pero la recompensa será inolvidable.
Una vez en el mirador, podrás experimentar la magia del Ventisquero Colgante en su máxima expresión. Con paciencia, podrás ser testigo de impresionantes desprendimientos de hielo que retumban en el silencio de la naturaleza.
Este es un espectáculo hipnotizante y emocionante que podrás disfrutar en total soledad. Así que, si buscas una aventura en medio de la naturaleza más asombrosa y poco explorada, el Ventisquero Colgante en el Parque Nacional Queulat es tu destino perfecto en la Carretera Austral chilena. ¡Ven y déjate maravillar por la majestuosidad de la Patagonia!
El nombre Tantauco, de origen huilliche significa “lugar donde se juntan las aguas”, El parque forma parte de la comuna de Quellón, en el territorio más alejado y salvaje de la Isla Grande de Chiloé. Cuenta con un territorio de 118.000 hectáreas, que abarca grandes y pequeñas playas, lagos y ríos, bosques siempre verdes y milenarios cipresales, así como senderos y rincones desconocidos. La zona norte del parque comprende el Lago Yaldad y el Lago Chaiguata, es accesible por vía terrestre desde las ciudades de Quellón y Castro. La zona sur del parque abarca hasta la costa hacia el golfo Corcovado donde se encuentra Caleta Inío, el pueblo más aislado de Chiloé y el único lugar habitado del parque (desde mediados del siglo pasado). Un imperdible es el faro, construido con maderas de ciprés.
El 10 de noviembre de 1834 el naturalista inglés, Charles Darwin, zarpó a bordo del Beagle en Valparaíso rumbo al Sur con la finalidad de inspeccionar la isla de Chiloé y las fragmentadas tierras que conforman esa zona. De esa aventura, el geólogo dejó como herencia a la humanidad una de las descripciones más lujosas del territorio, incluso, la flora y fauna que detalló pueden verse hasta hoy.
En sus relatos se lee la diversidad y cantidad de animales marinos que vio en el actual Parque Tantauco, como las focas: “no había ni un sitio llano, en las rocas ni en la playa, que no estuviera materialmente cubierto de ellas”. Explica que las aves se hallaban en todas partes de Chiloé. También tuvo contacto con los Chonos, pueblo originario, quienes habitaron la patagonia insular, entre los archipiélagos de Chiloé hasta la península de Taitao y Golfo de Penas, sitio que recibió el nombre de Archipiélago de Chonos. Mientras que las islas se encontraban cubiertas de densos bosques, los Chonos se desarrollaron como canoeros y cazadores recolectores marinos, entre grandes y laberínticos archipiélagos. Así la única forma de moverse en el paisaje era navegando.
En los años setenta, el territorio del actual Parque Tantauco se vio amenazado por un proyecto maderero que se detuvo gracias al apoyo de la comunidad nacional e internacional. Hoy ese lugar está protegido para las generaciones actuales y futuras, gracias a que el año 2005, la Fundación Futuro de la Familia Piñera Morel, comenzó a administrar las más de 100.000 hectáreas de este lugar prístino y virgen para fundar el Parque Tantauco, un proyecto de conservación privada que, por amor a la naturaleza, mantiene y cuida el área para la educación y el disfrute de la comunidad regional, nacional e internacional.
DESARROLLANDO LA INFRAESTRUCTURA
Desde mayo del 2005, se comienza a trabajar en el “Plan de manejo y conservación del Parque Tantauco”, y en septiembre del mismo año, comienzan las primeras obras de infraestructura en Caleta Inío. En febrero de 2006, se abre la oficina de Parque Tantauco en Quellón, centro administrativo y de informaciones para visitantes del Parque.
Durante estos años se implementaron lugares para acoger a visitantes, investigadores y turistas. En este período fueron abiertos y construidos los senderos y zonas de acceso a Caleta Inío, lagos Yaldad y Chaiguata, y las primeras construcciones de campings (fogón, torre mirador y baños) en Chaiguata e Inío.
En el año 2006 comienzan los programas de prácticas de investigación en el Parque. Éstos apoyan con recursos a los estudiantes que postulan para llevar a cabo sus tesis y prácticas en el Parque. Las investigaciones realizadas sirven de apoyo para el modelo de conservación del Parque.
Durante el verano del 2006 y 2007 se recibieron los primeros visitantes, quienes se aventuraron por mar hasta Caleta Inío o por tierra hasta el lago Chaiguata.
Más adelante, en 2008 se inició el proyecto de “Restauración de Ecosistemas” con la implementación de los viveros de Inío y Chaiguata. Además, la zona norte se reforestó con 80.000 árboles nativos.
El año 2009 Fundación Futuro inicia el proyecto de Talleres de Educación Ambiental (PEAT), compuestos por un ciclo educativo para liceos y escuelas de la Provincia. Durante el primer año, más de 20 escuelas visitaron el Parque Tantauco y asistieron a los talleres. Entre el 2009 y el 2015, más de 110 colegios (4.700 niños) realizaron el programa de los talleres culturales.
En todo ese tiempo, y hasta la fecha, Tantauco continúa desarrollando una variedad de programas orientados a la conservación, y mantiene la infraestructura que permite recibir a los visitantes durante todo el año. En todo este recorrido, Tantauco ya cumplió más de 15 años aportando a la conservación de las especies y del territorio.
El secreto a voces de la Carretera Austral te espera: El Ventisquero Colgante.
Este espectacular glaciar milenario suspendido entre majestuosas montañas.
Coronando el parque nacional Queulat, enclavado en un rincón aislado y poco transitado, es un paraíso natural virgen y prácticamente intacto. Sus paisajes son un festín para los sentidos, con fiordos serpenteantes, ríos caudalosos y glaciares majestuosos, todo rodeado por el llamado Bosque Valdiviano, un bosque eternamente verde donde los hongos, helechos y musgos prosperan en la humedad y oscuridad característica.
El Parque Nacional Queulat es el hogar de una variada flora que se encuentra exclusivamente en esta región del planeta. Su selva de árboles longevos y majestuosos, se alzan como guardianes de este paraíso natural. Aquí, cada rincón es una oportunidad para conectarte con la naturaleza en su estado más puro.
Pero uno de los puntos culminantes y menos conocidos del parque es el Ventisquero Colgante. Este glaciar, que se aferra a la vida entre dos montañas cubiertas de vegetación, cuelga a unos 200 metros sobre un arroyo alimentado por el deshielo. Desde el corazón del glaciar, varias cascadas vierten sus aguas y hielo hacia el fondo del arroyo, creando un espectáculo de proporciones épicas.
Para llegar al mirador del Ventisquero Colgante, deberás pasar por la barrera del parque y pagar la entrada. Luego, seguirás un camino de tierra hasta llegar a un pequeño estacionamiento. Desde aquí, se abren varios senderos que te llevarán a explorar los alrededores.
Uno de los senderos te guiará a la Laguna de los Témpanos, desde donde podrás contemplar el Ventisquero desde abajo. El otro sendero te llevará al mirador, situado justo frente al glaciar. La subida puede ser desafiante debido al calor, la densa vegetación y la humedad, pero la recompensa será inolvidable.
Una vez en el mirador, podrás experimentar la magia del Ventisquero Colgante en su máxima expresión. Con paciencia, podrás ser testigo de impresionantes desprendimientos de hielo que retumban en el silencio de la naturaleza.
Este es un espectáculo hipnotizante y emocionante que podrás disfrutar en total soledad. Así que, si buscas una aventura en medio de la naturaleza más asombrosa y poco explorada, el Ventisquero Colgante en el Parque Nacional Queulat es tu destino perfecto en la Carretera Austral chilena. ¡Ven y déjate maravillar por la majestuosidad de la Patagonia!
El nombre Tantauco, de origen huilliche significa “lugar donde se juntan las aguas”, El parque forma parte de la comuna de Quellón, en el territorio más alejado y salvaje de la Isla Grande de Chiloé. Cuenta con un territorio de 118.000 hectáreas, que abarca grandes y pequeñas playas, lagos y ríos, bosques siempre verdes y milenarios cipresales, así como senderos y rincones desconocidos. La zona norte del parque comprende el Lago Yaldad y el Lago Chaiguata, es accesible por vía terrestre desde las ciudades de Quellón y Castro. La zona sur del parque abarca hasta la costa hacia el golfo Corcovado donde se encuentra Caleta Inío, el pueblo más aislado de Chiloé y el único lugar habitado del parque (desde mediados del siglo pasado). Un imperdible es el faro, construido con maderas de ciprés.
El 10 de noviembre de 1834 el naturalista inglés, Charles Darwin, zarpó a bordo del Beagle en Valparaíso rumbo al Sur con la finalidad de inspeccionar la isla de Chiloé y las fragmentadas tierras que conforman esa zona. De esa aventura, el geólogo dejó como herencia a la humanidad una de las descripciones más lujosas del territorio, incluso, la flora y fauna que detalló pueden verse hasta hoy.
En sus relatos se lee la diversidad y cantidad de animales marinos que vio en el actual Parque Tantauco, como las focas: “no había ni un sitio llano, en las rocas ni en la playa, que no estuviera materialmente cubierto de ellas”. Explica que las aves se hallaban en todas partes de Chiloé. También tuvo contacto con los Chonos, pueblo originario, quienes habitaron la patagonia insular, entre los archipiélagos de Chiloé hasta la península de Taitao y Golfo de Penas, sitio que recibió el nombre de Archipiélago de Chonos. Mientras que las islas se encontraban cubiertas de densos bosques, los Chonos se desarrollaron como canoeros y cazadores recolectores marinos, entre grandes y laberínticos archipiélagos. Así la única forma de moverse en el paisaje era navegando.
En los años setenta, el territorio del actual Parque Tantauco se vio amenazado por un proyecto maderero que se detuvo gracias al apoyo de la comunidad nacional e internacional. Hoy ese lugar está protegido para las generaciones actuales y futuras, gracias a que el año 2005, la Fundación Futuro de la Familia Piñera Morel, comenzó a administrar las más de 100.000 hectáreas de este lugar prístino y virgen para fundar el Parque Tantauco, un proyecto de conservación privada que, por amor a la naturaleza, mantiene y cuida el área para la educación y el disfrute de la comunidad regional, nacional e internacional.
DESARROLLANDO LA INFRAESTRUCTURA
Desde mayo del 2005, se comienza a trabajar en el “Plan de manejo y conservación del Parque Tantauco”, y en septiembre del mismo año, comienzan las primeras obras de infraestructura en Caleta Inío. En febrero de 2006, se abre la oficina de Parque Tantauco en Quellón, centro administrativo y de informaciones para visitantes del Parque.
Durante estos años se implementaron lugares para acoger a visitantes, investigadores y turistas. En este período fueron abiertos y construidos los senderos y zonas de acceso a Caleta Inío, lagos Yaldad y Chaiguata, y las primeras construcciones de campings (fogón, torre mirador y baños) en Chaiguata e Inío.
En el año 2006 comienzan los programas de prácticas de investigación en el Parque. Éstos apoyan con recursos a los estudiantes que postulan para llevar a cabo sus tesis y prácticas en el Parque. Las investigaciones realizadas sirven de apoyo para el modelo de conservación del Parque.
Durante el verano del 2006 y 2007 se recibieron los primeros visitantes, quienes se aventuraron por mar hasta Caleta Inío o por tierra hasta el lago Chaiguata.
Más adelante, en 2008 se inició el proyecto de “Restauración de Ecosistemas” con la implementación de los viveros de Inío y Chaiguata. Además, la zona norte se reforestó con 80.000 árboles nativos.
El año 2009 Fundación Futuro inicia el proyecto de Talleres de Educación Ambiental (PEAT), compuestos por un ciclo educativo para liceos y escuelas de la Provincia. Durante el primer año, más de 20 escuelas visitaron el Parque Tantauco y asistieron a los talleres. Entre el 2009 y el 2015, más de 110 colegios (4.700 niños) realizaron el programa de los talleres culturales.
En todo ese tiempo, y hasta la fecha, Tantauco continúa desarrollando una variedad de programas orientados a la conservación, y mantiene la infraestructura que permite recibir a los visitantes durante todo el año. En todo este recorrido, Tantauco ya cumplió más de 15 años aportando a la conservación de las especies y del territorio.
El secreto a voces de la Carretera Austral te espera: El Ventisquero Colgante.
Este espectacular glaciar milenario suspendido entre majestuosas montañas.
Coronando el parque nacional Queulat, enclavado en un rincón aislado y poco transitado, es un paraíso natural virgen y prácticamente intacto. Sus paisajes son un festín para los sentidos, con fiordos serpenteantes, ríos caudalosos y glaciares majestuosos, todo rodeado por el llamado Bosque Valdiviano, un bosque eternamente verde donde los hongos, helechos y musgos prosperan en la humedad y oscuridad característica.
El Parque Nacional Queulat es el hogar de una variada flora que se encuentra exclusivamente en esta región del planeta. Su selva de árboles longevos y majestuosos, se alzan como guardianes de este paraíso natural. Aquí, cada rincón es una oportunidad para conectarte con la naturaleza en su estado más puro.
Pero uno de los puntos culminantes y menos conocidos del parque es el Ventisquero Colgante. Este glaciar, que se aferra a la vida entre dos montañas cubiertas de vegetación, cuelga a unos 200 metros sobre un arroyo alimentado por el deshielo. Desde el corazón del glaciar, varias cascadas vierten sus aguas y hielo hacia el fondo del arroyo, creando un espectáculo de proporciones épicas.
Para llegar al mirador del Ventisquero Colgante, deberás pasar por la barrera del parque y pagar la entrada. Luego, seguirás un camino de tierra hasta llegar a un pequeño estacionamiento. Desde aquí, se abren varios senderos que te llevarán a explorar los alrededores.
Uno de los senderos te guiará a la Laguna de los Témpanos, desde donde podrás contemplar el Ventisquero desde abajo. El otro sendero te llevará al mirador, situado justo frente al glaciar. La subida puede ser desafiante debido al calor, la densa vegetación y la humedad, pero la recompensa será inolvidable.
Una vez en el mirador, podrás experimentar la magia del Ventisquero Colgante en su máxima expresión. Con paciencia, podrás ser testigo de impresionantes desprendimientos de hielo que retumban en el silencio de la naturaleza.
Este es un espectáculo hipnotizante y emocionante que podrás disfrutar en total soledad. Así que, si buscas una aventura en medio de la naturaleza más asombrosa y poco explorada, el Ventisquero Colgante en el Parque Nacional Queulat es tu destino perfecto en la Carretera Austral chilena. ¡Ven y déjate maravillar por la majestuosidad de la Patagonia!
El nombre Tantauco, de origen huilliche significa “lugar donde se juntan las aguas”, El parque forma parte de la comuna de Quellón, en el territorio más alejado y salvaje de la Isla Grande de Chiloé. Cuenta con un territorio de 118.000 hectáreas, que abarca grandes y pequeñas playas, lagos y ríos, bosques siempre verdes y milenarios cipresales, así como senderos y rincones desconocidos. La zona norte del parque comprende el Lago Yaldad y el Lago Chaiguata, es accesible por vía terrestre desde las ciudades de Quellón y Castro. La zona sur del parque abarca hasta la costa hacia el golfo Corcovado donde se encuentra Caleta Inío, el pueblo más aislado de Chiloé y el único lugar habitado del parque (desde mediados del siglo pasado). Un imperdible es el faro, construido con maderas de ciprés.
El 10 de noviembre de 1834 el naturalista inglés, Charles Darwin, zarpó a bordo del Beagle en Valparaíso rumbo al Sur con la finalidad de inspeccionar la isla de Chiloé y las fragmentadas tierras que conforman esa zona. De esa aventura, el geólogo dejó como herencia a la humanidad una de las descripciones más lujosas del territorio, incluso, la flora y fauna que detalló pueden verse hasta hoy.
En sus relatos se lee la diversidad y cantidad de animales marinos que vio en el actual Parque Tantauco, como las focas: “no había ni un sitio llano, en las rocas ni en la playa, que no estuviera materialmente cubierto de ellas”. Explica que las aves se hallaban en todas partes de Chiloé. También tuvo contacto con los Chonos, pueblo originario, quienes habitaron la patagonia insular, entre los archipiélagos de Chiloé hasta la península de Taitao y Golfo de Penas, sitio que recibió el nombre de Archipiélago de Chonos. Mientras que las islas se encontraban cubiertas de densos bosques, los Chonos se desarrollaron como canoeros y cazadores recolectores marinos, entre grandes y laberínticos archipiélagos. Así la única forma de moverse en el paisaje era navegando.
En los años setenta, el territorio del actual Parque Tantauco se vio amenazado por un proyecto maderero que se detuvo gracias al apoyo de la comunidad nacional e internacional. Hoy ese lugar está protegido para las generaciones actuales y futuras, gracias a que el año 2005, la Fundación Futuro de la Familia Piñera Morel, comenzó a administrar las más de 100.000 hectáreas de este lugar prístino y virgen para fundar el Parque Tantauco, un proyecto de conservación privada que, por amor a la naturaleza, mantiene y cuida el área para la educación y el disfrute de la comunidad regional, nacional e internacional.
DESARROLLANDO LA INFRAESTRUCTURA
Desde mayo del 2005, se comienza a trabajar en el “Plan de manejo y conservación del Parque Tantauco”, y en septiembre del mismo año, comienzan las primeras obras de infraestructura en Caleta Inío. En febrero de 2006, se abre la oficina de Parque Tantauco en Quellón, centro administrativo y de informaciones para visitantes del Parque.
Durante estos años se implementaron lugares para acoger a visitantes, investigadores y turistas. En este período fueron abiertos y construidos los senderos y zonas de acceso a Caleta Inío, lagos Yaldad y Chaiguata, y las primeras construcciones de campings (fogón, torre mirador y baños) en Chaiguata e Inío.
En el año 2006 comienzan los programas de prácticas de investigación en el Parque. Éstos apoyan con recursos a los estudiantes que postulan para llevar a cabo sus tesis y prácticas en el Parque. Las investigaciones realizadas sirven de apoyo para el modelo de conservación del Parque.
Durante el verano del 2006 y 2007 se recibieron los primeros visitantes, quienes se aventuraron por mar hasta Caleta Inío o por tierra hasta el lago Chaiguata.
Más adelante, en 2008 se inició el proyecto de “Restauración de Ecosistemas” con la implementación de los viveros de Inío y Chaiguata. Además, la zona norte se reforestó con 80.000 árboles nativos.
El año 2009 Fundación Futuro inicia el proyecto de Talleres de Educación Ambiental (PEAT), compuestos por un ciclo educativo para liceos y escuelas de la Provincia. Durante el primer año, más de 20 escuelas visitaron el Parque Tantauco y asistieron a los talleres. Entre el 2009 y el 2015, más de 110 colegios (4.700 niños) realizaron el programa de los talleres culturales.
En todo ese tiempo, y hasta la fecha, Tantauco continúa desarrollando una variedad de programas orientados a la conservación, y mantiene la infraestructura que permite recibir a los visitantes durante todo el año. En todo este recorrido, Tantauco ya cumplió más de 15 años aportando a la conservación de las especies y del territorio.
El secreto a voces de la Carretera Austral te espera: El Ventisquero Colgante.
Este espectacular glaciar milenario suspendido entre majestuosas montañas.
Coronando el parque nacional Queulat, enclavado en un rincón aislado y poco transitado, es un paraíso natural virgen y prácticamente intacto. Sus paisajes son un festín para los sentidos, con fiordos serpenteantes, ríos caudalosos y glaciares majestuosos, todo rodeado por el llamado Bosque Valdiviano, un bosque eternamente verde donde los hongos, helechos y musgos prosperan en la humedad y oscuridad característica.
El Parque Nacional Queulat es el hogar de una variada flora que se encuentra exclusivamente en esta región del planeta. Su selva de árboles longevos y majestuosos, se alzan como guardianes de este paraíso natural. Aquí, cada rincón es una oportunidad para conectarte con la naturaleza en su estado más puro.
Pero uno de los puntos culminantes y menos conocidos del parque es el Ventisquero Colgante. Este glaciar, que se aferra a la vida entre dos montañas cubiertas de vegetación, cuelga a unos 200 metros sobre un arroyo alimentado por el deshielo. Desde el corazón del glaciar, varias cascadas vierten sus aguas y hielo hacia el fondo del arroyo, creando un espectáculo de proporciones épicas.
Para llegar al mirador del Ventisquero Colgante, deberás pasar por la barrera del parque y pagar la entrada. Luego, seguirás un camino de tierra hasta llegar a un pequeño estacionamiento. Desde aquí, se abren varios senderos que te llevarán a explorar los alrededores.
Uno de los senderos te guiará a la Laguna de los Témpanos, desde donde podrás contemplar el Ventisquero desde abajo. El otro sendero te llevará al mirador, situado justo frente al glaciar. La subida puede ser desafiante debido al calor, la densa vegetación y la humedad, pero la recompensa será inolvidable.
Una vez en el mirador, podrás experimentar la magia del Ventisquero Colgante en su máxima expresión. Con paciencia, podrás ser testigo de impresionantes desprendimientos de hielo que retumban en el silencio de la naturaleza.
Este es un espectáculo hipnotizante y emocionante que podrás disfrutar en total soledad. Así que, si buscas una aventura en medio de la naturaleza más asombrosa y poco explorada, el Ventisquero Colgante en el Parque Nacional Queulat es tu destino perfecto en la Carretera Austral chilena. ¡Ven y déjate maravillar por la majestuosidad de la Patagonia!
El nombre Tantauco, de origen huilliche significa “lugar donde se juntan las aguas”, El parque forma parte de la comuna de Quellón, en el territorio más alejado y salvaje de la Isla Grande de Chiloé. Cuenta con un territorio de 118.000 hectáreas, que abarca grandes y pequeñas playas, lagos y ríos, bosques siempre verdes y milenarios cipresales, así como senderos y rincones desconocidos. La zona norte del parque comprende el Lago Yaldad y el Lago Chaiguata, es accesible por vía terrestre desde las ciudades de Quellón y Castro. La zona sur del parque abarca hasta la costa hacia el golfo Corcovado donde se encuentra Caleta Inío, el pueblo más aislado de Chiloé y el único lugar habitado del parque (desde mediados del siglo pasado). Un imperdible es el faro, construido con maderas de ciprés.
El 10 de noviembre de 1834 el naturalista inglés, Charles Darwin, zarpó a bordo del Beagle en Valparaíso rumbo al Sur con la finalidad de inspeccionar la isla de Chiloé y las fragmentadas tierras que conforman esa zona. De esa aventura, el geólogo dejó como herencia a la humanidad una de las descripciones más lujosas del territorio, incluso, la flora y fauna que detalló pueden verse hasta hoy.
En sus relatos se lee la diversidad y cantidad de animales marinos que vio en el actual Parque Tantauco, como las focas: “no había ni un sitio llano, en las rocas ni en la playa, que no estuviera materialmente cubierto de ellas”. Explica que las aves se hallaban en todas partes de Chiloé. También tuvo contacto con los Chonos, pueblo originario, quienes habitaron la patagonia insular, entre los archipiélagos de Chiloé hasta la península de Taitao y Golfo de Penas, sitio que recibió el nombre de Archipiélago de Chonos. Mientras que las islas se encontraban cubiertas de densos bosques, los Chonos se desarrollaron como canoeros y cazadores recolectores marinos, entre grandes y laberínticos archipiélagos. Así la única forma de moverse en el paisaje era navegando.
En los años setenta, el territorio del actual Parque Tantauco se vio amenazado por un proyecto maderero que se detuvo gracias al apoyo de la comunidad nacional e internacional. Hoy ese lugar está protegido para las generaciones actuales y futuras, gracias a que el año 2005, la Fundación Futuro de la Familia Piñera Morel, comenzó a administrar las más de 100.000 hectáreas de este lugar prístino y virgen para fundar el Parque Tantauco, un proyecto de conservación privada que, por amor a la naturaleza, mantiene y cuida el área para la educación y el disfrute de la comunidad regional, nacional e internacional.
DESARROLLANDO LA INFRAESTRUCTURA
Desde mayo del 2005, se comienza a trabajar en el “Plan de manejo y conservación del Parque Tantauco”, y en septiembre del mismo año, comienzan las primeras obras de infraestructura en Caleta Inío. En febrero de 2006, se abre la oficina de Parque Tantauco en Quellón, centro administrativo y de informaciones para visitantes del Parque.
Durante estos años se implementaron lugares para acoger a visitantes, investigadores y turistas. En este período fueron abiertos y construidos los senderos y zonas de acceso a Caleta Inío, lagos Yaldad y Chaiguata, y las primeras construcciones de campings (fogón, torre mirador y baños) en Chaiguata e Inío.
En el año 2006 comienzan los programas de prácticas de investigación en el Parque. Éstos apoyan con recursos a los estudiantes que postulan para llevar a cabo sus tesis y prácticas en el Parque. Las investigaciones realizadas sirven de apoyo para el modelo de conservación del Parque.
Durante el verano del 2006 y 2007 se recibieron los primeros visitantes, quienes se aventuraron por mar hasta Caleta Inío o por tierra hasta el lago Chaiguata.
Más adelante, en 2008 se inició el proyecto de “Restauración de Ecosistemas” con la implementación de los viveros de Inío y Chaiguata. Además, la zona norte se reforestó con 80.000 árboles nativos.
El año 2009 Fundación Futuro inicia el proyecto de Talleres de Educación Ambiental (PEAT), compuestos por un ciclo educativo para liceos y escuelas de la Provincia. Durante el primer año, más de 20 escuelas visitaron el Parque Tantauco y asistieron a los talleres. Entre el 2009 y el 2015, más de 110 colegios (4.700 niños) realizaron el programa de los talleres culturales.
En todo ese tiempo, y hasta la fecha, Tantauco continúa desarrollando una variedad de programas orientados a la conservación, y mantiene la infraestructura que permite recibir a los visitantes durante todo el año. En todo este recorrido, Tantauco ya cumplió más de 15 años aportando a la conservación de las especies y del territorio.
El secreto a voces de la Carretera Austral te espera: El Ventisquero Colgante.
Este espectacular glaciar milenario suspendido entre majestuosas montañas.
Coronando el parque nacional Queulat, enclavado en un rincón aislado y poco transitado, es un paraíso natural virgen y prácticamente intacto. Sus paisajes son un festín para los sentidos, con fiordos serpenteantes, ríos caudalosos y glaciares majestuosos, todo rodeado por el llamado Bosque Valdiviano, un bosque eternamente verde donde los hongos, helechos y musgos prosperan en la humedad y oscuridad característica.
El Parque Nacional Queulat es el hogar de una variada flora que se encuentra exclusivamente en esta región del planeta. Su selva de árboles longevos y majestuosos, se alzan como guardianes de este paraíso natural. Aquí, cada rincón es una oportunidad para conectarte con la naturaleza en su estado más puro.
Pero uno de los puntos culminantes y menos conocidos del parque es el Ventisquero Colgante. Este glaciar, que se aferra a la vida entre dos montañas cubiertas de vegetación, cuelga a unos 200 metros sobre un arroyo alimentado por el deshielo. Desde el corazón del glaciar, varias cascadas vierten sus aguas y hielo hacia el fondo del arroyo, creando un espectáculo de proporciones épicas.
Para llegar al mirador del Ventisquero Colgante, deberás pasar por la barrera del parque y pagar la entrada. Luego, seguirás un camino de tierra hasta llegar a un pequeño estacionamiento. Desde aquí, se abren varios senderos que te llevarán a explorar los alrededores.
Uno de los senderos te guiará a la Laguna de los Témpanos, desde donde podrás contemplar el Ventisquero desde abajo. El otro sendero te llevará al mirador, situado justo frente al glaciar. La subida puede ser desafiante debido al calor, la densa vegetación y la humedad, pero la recompensa será inolvidable.
Una vez en el mirador, podrás experimentar la magia del Ventisquero Colgante en su máxima expresión. Con paciencia, podrás ser testigo de impresionantes desprendimientos de hielo que retumban en el silencio de la naturaleza.
Este es un espectáculo hipnotizante y emocionante que podrás disfrutar en total soledad. Así que, si buscas una aventura en medio de la naturaleza más asombrosa y poco explorada, el Ventisquero Colgante en el Parque Nacional Queulat es tu destino perfecto en la Carretera Austral chilena. ¡Ven y déjate maravillar por la majestuosidad de la Patagonia!
El nombre Tantauco, de origen huilliche significa “lugar donde se juntan las aguas”, El parque forma parte de la comuna de Quellón, en el territorio más alejado y salvaje de la Isla Grande de Chiloé. Cuenta con un territorio de 118.000 hectáreas, que abarca grandes y pequeñas playas, lagos y ríos, bosques siempre verdes y milenarios cipresales, así como senderos y rincones desconocidos. La zona norte del parque comprende el Lago Yaldad y el Lago Chaiguata, es accesible por vía terrestre desde las ciudades de Quellón y Castro. La zona sur del parque abarca hasta la costa hacia el golfo Corcovado donde se encuentra Caleta Inío, el pueblo más aislado de Chiloé y el único lugar habitado del parque (desde mediados del siglo pasado). Un imperdible es el faro, construido con maderas de ciprés.
El 10 de noviembre de 1834 el naturalista inglés, Charles Darwin, zarpó a bordo del Beagle en Valparaíso rumbo al Sur con la finalidad de inspeccionar la isla de Chiloé y las fragmentadas tierras que conforman esa zona. De esa aventura, el geólogo dejó como herencia a la humanidad una de las descripciones más lujosas del territorio, incluso, la flora y fauna que detalló pueden verse hasta hoy.
En sus relatos se lee la diversidad y cantidad de animales marinos que vio en el actual Parque Tantauco, como las focas: “no había ni un sitio llano, en las rocas ni en la playa, que no estuviera materialmente cubierto de ellas”. Explica que las aves se hallaban en todas partes de Chiloé. También tuvo contacto con los Chonos, pueblo originario, quienes habitaron la patagonia insular, entre los archipiélagos de Chiloé hasta la península de Taitao y Golfo de Penas, sitio que recibió el nombre de Archipiélago de Chonos. Mientras que las islas se encontraban cubiertas de densos bosques, los Chonos se desarrollaron como canoeros y cazadores recolectores marinos, entre grandes y laberínticos archipiélagos. Así la única forma de moverse en el paisaje era navegando.
En los años setenta, el territorio del actual Parque Tantauco se vio amenazado por un proyecto maderero que se detuvo gracias al apoyo de la comunidad nacional e internacional. Hoy ese lugar está protegido para las generaciones actuales y futuras, gracias a que el año 2005, la Fundación Futuro de la Familia Piñera Morel, comenzó a administrar las más de 100.000 hectáreas de este lugar prístino y virgen para fundar el Parque Tantauco, un proyecto de conservación privada que, por amor a la naturaleza, mantiene y cuida el área para la educación y el disfrute de la comunidad regional, nacional e internacional.
DESARROLLANDO LA INFRAESTRUCTURA
Desde mayo del 2005, se comienza a trabajar en el “Plan de manejo y conservación del Parque Tantauco”, y en septiembre del mismo año, comienzan las primeras obras de infraestructura en Caleta Inío. En febrero de 2006, se abre la oficina de Parque Tantauco en Quellón, centro administrativo y de informaciones para visitantes del Parque.
Durante estos años se implementaron lugares para acoger a visitantes, investigadores y turistas. En este período fueron abiertos y construidos los senderos y zonas de acceso a Caleta Inío, lagos Yaldad y Chaiguata, y las primeras construcciones de campings (fogón, torre mirador y baños) en Chaiguata e Inío.
En el año 2006 comienzan los programas de prácticas de investigación en el Parque. Éstos apoyan con recursos a los estudiantes que postulan para llevar a cabo sus tesis y prácticas en el Parque. Las investigaciones realizadas sirven de apoyo para el modelo de conservación del Parque.
Durante el verano del 2006 y 2007 se recibieron los primeros visitantes, quienes se aventuraron por mar hasta Caleta Inío o por tierra hasta el lago Chaiguata.
Más adelante, en 2008 se inició el proyecto de “Restauración de Ecosistemas” con la implementación de los viveros de Inío y Chaiguata. Además, la zona norte se reforestó con 80.000 árboles nativos.
El año 2009 Fundación Futuro inicia el proyecto de Talleres de Educación Ambiental (PEAT), compuestos por un ciclo educativo para liceos y escuelas de la Provincia. Durante el primer año, más de 20 escuelas visitaron el Parque Tantauco y asistieron a los talleres. Entre el 2009 y el 2015, más de 110 colegios (4.700 niños) realizaron el programa de los talleres culturales.
En todo ese tiempo, y hasta la fecha, Tantauco continúa desarrollando una variedad de programas orientados a la conservación, y mantiene la infraestructura que permite recibir a los visitantes durante todo el año. En todo este recorrido, Tantauco ya cumplió más de 15 años aportando a la conservación de las especies y del territorio.