Fundado en el año 2000 y administrado por el IEB, la Fundación Omora y la Universidad de Magallanes. El Parque Etnobotánico Omora es un área protegida privada de 1.000 hectáreas, cuyo nombre, Omora, en lengua yagán significa picaflor, ave considerada un héroe por este pueblo canoero del extremo sur de Chile. El ecosistema principal del Parque es el bosque templado Subantártico, que constituye el bosque más austral del planeta. El Parque también alberga bosques caducifolios de ñirre y lenga, bosques siempre verdes de coigüe de Magallanes, canelo y notro, zonas altoandinas, turberas, ex-castoreras y la cuenca del río Róbalo, fuente de agua potable fundamental para la ciudad de Puerto Williams, ubicada a unos 3 km del Parque. Estos ambientes representan la diversa gama de ecosistemas continentales de la isla Navarino. Aquí es posible observar especies características como el carpintero gigante (Campephilus magellanicus), el rayadito (Aphrastura spinicauda), el fío fío (Elaenia albiceps), la lenga (Nothofagus pumilio), el ñirre (Nothofagus antarctica) y una gran variedad de briofitas y líquenes como el musgo Lepyrodon lagurus muy común sobre los troncos del parque y los líquenes barba de viejo (Usnea sp.) y Cladonia sp.
Parque Omora
Fundado en el año 2000 y administrado por el IEB, la Fundación Omora y la Universidad de Magallanes. El Parque Etnobotánico Omora es un área protegida privada de 1.000 hectáreas, cuyo nombre, Omora, en lengua yagán significa picaflor, ave considerada un héroe por este pueblo canoero del extremo sur de Chile. El ecosistema principal del Parque es el bosque templado Subantártico, que constituye el bosque más austral del planeta. El Parque también alberga bosques caducifolios de ñirre y lenga, bosques siempre verdes de coigüe de Magallanes, canelo y notro, zonas altoandinas, turberas, ex-castoreras y la cuenca del río Róbalo, fuente de agua potable fundamental para la ciudad de Puerto Williams, ubicada a unos 3 km del Parque. Estos ambientes representan la diversa gama de ecosistemas continentales de la isla Navarino. Aquí es posible observar especies características como el carpintero gigante (Campephilus magellanicus), el rayadito (Aphrastura spinicauda), el fío fío (Elaenia albiceps), la lenga (Nothofagus pumilio), el ñirre (Nothofagus antarctica) y una gran variedad de briofitas y líquenes como el musgo Lepyrodon lagurus muy común sobre los troncos del parque y los líquenes barba de viejo (Usnea sp.) y Cladonia sp.
Parque Omora
En 1968, la centenaria tradición coral de Frutillar se vio fortalecida por la creación de Semanas Musicales.
Apoyados por la Liga chileno-alemana de Santiago y bajo la gestión de Robert Dick, Arturo Junge, Alfredo Daetz y Flora Inostroza, este evento fue cobrando importancia y con el paso de los años se convirtió en uno de los principales impulsos para la proyección de un teatro de clase mundial en la ciudad de Frutillar.
Inspirados por esta necesidad, Flora Inostroza -a cargo de Semanas Musicales desde 1979- y el empresario Guillermo Schiess, en conjunto con la Ilustre Municipalidad de Frutillar, impulsaron la construcción de un teatro en el lugar donde se encontraba el antiguo hotel de la ciudad, destruido por un incendio en 1996.
Desde su apertura el 2010, el Teatro se ha destacado por la calidad de sus presentaciones y producciones, y por su profundo compromiso con la formación y la comunidad.
Como una rama de formación de Teatro del Lago, el 3 de enero de 2007, la Escuela de las Artes abrió sus puertas a la comunidad. Comenzó con la oferta de talleres, presentando durante todo el año música, teatro, danza, literatura y artes visuales en sus diversas expresiones, además de clases magistrales con maestros de nivel internacional.
Para Teatro del Lago se trataba de generar un espacio donde existiera una propuesta de calidad para que la comunidad pudiera acceder a la experiencia artística, como un aporte social y comunitario. Gracias a una sentida demanda de la comunidad por participar de este espacio, este proyecto creció y se desarrolló rápidamente.
El elemento diferenciador de Teatro del Lago con respecto a otros teatros y centros culturales de Chile y el mundo, ha sido la declaración explícita de una misión educativa desde sus inicios, la convicción de que a través de la educación y el acceso a la belleza y las artes se puede contribuir a la calidad de vida de las personas y a una sociedad más feliz e integrada. Movidos por este convencimiento, en 2017 se dio un nuevo paso para institucionalizar el crecimiento e impacto del área educativa del Teatro, convirtiéndose así en Fundación Teatro del Lago.
En estos años, Teatro del Lago se ha consolidado como un actor relevante que promueve la cultura, la educación artística y que, con su actividad e impacto, fomenta la descentralización.
Para más información de ruta ingresa aquí.
En 1968, la centenaria tradición coral de Frutillar se vio fortalecida por la creación de Semanas Musicales.
Apoyados por la Liga chileno-alemana de Santiago y bajo la gestión de Robert Dick, Arturo Junge, Alfredo Daetz y Flora Inostroza, este evento fue cobrando importancia y con el paso de los años se convirtió en uno de los principales impulsos para la proyección de un teatro de clase mundial en la ciudad de Frutillar.
Inspirados por esta necesidad, Flora Inostroza -a cargo de Semanas Musicales desde 1979- y el empresario Guillermo Schiess, en conjunto con la Ilustre Municipalidad de Frutillar, impulsaron la construcción de un teatro en el lugar donde se encontraba el antiguo hotel de la ciudad, destruido por un incendio en 1996.
Desde su apertura el 2010, el Teatro se ha destacado por la calidad de sus presentaciones y producciones, y por su profundo compromiso con la formación y la comunidad.
Como una rama de formación de Teatro del Lago, el 3 de enero de 2007, la Escuela de las Artes abrió sus puertas a la comunidad. Comenzó con la oferta de talleres, presentando durante todo el año música, teatro, danza, literatura y artes visuales en sus diversas expresiones, además de clases magistrales con maestros de nivel internacional.
Para Teatro del Lago se trataba de generar un espacio donde existiera una propuesta de calidad para que la comunidad pudiera acceder a la experiencia artística, como un aporte social y comunitario. Gracias a una sentida demanda de la comunidad por participar de este espacio, este proyecto creció y se desarrolló rápidamente.
El elemento diferenciador de Teatro del Lago con respecto a otros teatros y centros culturales de Chile y el mundo, ha sido la declaración explícita de una misión educativa desde sus inicios, la convicción de que a través de la educación y el acceso a la belleza y las artes se puede contribuir a la calidad de vida de las personas y a una sociedad más feliz e integrada. Movidos por este convencimiento, en 2017 se dio un nuevo paso para institucionalizar el crecimiento e impacto del área educativa del Teatro, convirtiéndose así en Fundación Teatro del Lago.
En estos años, Teatro del Lago se ha consolidado como un actor relevante que promueve la cultura, la educación artística y que, con su actividad e impacto, fomenta la descentralización.
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En 1968, la centenaria tradición coral de Frutillar se vio fortalecida por la creación de Semanas Musicales.
Apoyados por la Liga chileno-alemana de Santiago y bajo la gestión de Robert Dick, Arturo Junge, Alfredo Daetz y Flora Inostroza, este evento fue cobrando importancia y con el paso de los años se convirtió en uno de los principales impulsos para la proyección de un teatro de clase mundial en la ciudad de Frutillar.
Inspirados por esta necesidad, Flora Inostroza -a cargo de Semanas Musicales desde 1979- y el empresario Guillermo Schiess, en conjunto con la Ilustre Municipalidad de Frutillar, impulsaron la construcción de un teatro en el lugar donde se encontraba el antiguo hotel de la ciudad, destruido por un incendio en 1996.
Desde su apertura el 2010, el Teatro se ha destacado por la calidad de sus presentaciones y producciones, y por su profundo compromiso con la formación y la comunidad.
Como una rama de formación de Teatro del Lago, el 3 de enero de 2007, la Escuela de las Artes abrió sus puertas a la comunidad. Comenzó con la oferta de talleres, presentando durante todo el año música, teatro, danza, literatura y artes visuales en sus diversas expresiones, además de clases magistrales con maestros de nivel internacional.
Para Teatro del Lago se trataba de generar un espacio donde existiera una propuesta de calidad para que la comunidad pudiera acceder a la experiencia artística, como un aporte social y comunitario. Gracias a una sentida demanda de la comunidad por participar de este espacio, este proyecto creció y se desarrolló rápidamente.
El elemento diferenciador de Teatro del Lago con respecto a otros teatros y centros culturales de Chile y el mundo, ha sido la declaración explícita de una misión educativa desde sus inicios, la convicción de que a través de la educación y el acceso a la belleza y las artes se puede contribuir a la calidad de vida de las personas y a una sociedad más feliz e integrada. Movidos por este convencimiento, en 2017 se dio un nuevo paso para institucionalizar el crecimiento e impacto del área educativa del Teatro, convirtiéndose así en Fundación Teatro del Lago.
En estos años, Teatro del Lago se ha consolidado como un actor relevante que promueve la cultura, la educación artística y que, con su actividad e impacto, fomenta la descentralización.
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En 1968, la centenaria tradición coral de Frutillar se vio fortalecida por la creación de Semanas Musicales.
Apoyados por la Liga chileno-alemana de Santiago y bajo la gestión de Robert Dick, Arturo Junge, Alfredo Daetz y Flora Inostroza, este evento fue cobrando importancia y con el paso de los años se convirtió en uno de los principales impulsos para la proyección de un teatro de clase mundial en la ciudad de Frutillar.
Inspirados por esta necesidad, Flora Inostroza -a cargo de Semanas Musicales desde 1979- y el empresario Guillermo Schiess, en conjunto con la Ilustre Municipalidad de Frutillar, impulsaron la construcción de un teatro en el lugar donde se encontraba el antiguo hotel de la ciudad, destruido por un incendio en 1996.
Desde su apertura el 2010, el Teatro se ha destacado por la calidad de sus presentaciones y producciones, y por su profundo compromiso con la formación y la comunidad.
Como una rama de formación de Teatro del Lago, el 3 de enero de 2007, la Escuela de las Artes abrió sus puertas a la comunidad. Comenzó con la oferta de talleres, presentando durante todo el año música, teatro, danza, literatura y artes visuales en sus diversas expresiones, además de clases magistrales con maestros de nivel internacional.
Para Teatro del Lago se trataba de generar un espacio donde existiera una propuesta de calidad para que la comunidad pudiera acceder a la experiencia artística, como un aporte social y comunitario. Gracias a una sentida demanda de la comunidad por participar de este espacio, este proyecto creció y se desarrolló rápidamente.
El elemento diferenciador de Teatro del Lago con respecto a otros teatros y centros culturales de Chile y el mundo, ha sido la declaración explícita de una misión educativa desde sus inicios, la convicción de que a través de la educación y el acceso a la belleza y las artes se puede contribuir a la calidad de vida de las personas y a una sociedad más feliz e integrada. Movidos por este convencimiento, en 2017 se dio un nuevo paso para institucionalizar el crecimiento e impacto del área educativa del Teatro, convirtiéndose así en Fundación Teatro del Lago.
En estos años, Teatro del Lago se ha consolidado como un actor relevante que promueve la cultura, la educación artística y que, con su actividad e impacto, fomenta la descentralización.
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En 1968, la centenaria tradición coral de Frutillar se vio fortalecida por la creación de Semanas Musicales.
Apoyados por la Liga chileno-alemana de Santiago y bajo la gestión de Robert Dick, Arturo Junge, Alfredo Daetz y Flora Inostroza, este evento fue cobrando importancia y con el paso de los años se convirtió en uno de los principales impulsos para la proyección de un teatro de clase mundial en la ciudad de Frutillar.
Inspirados por esta necesidad, Flora Inostroza -a cargo de Semanas Musicales desde 1979- y el empresario Guillermo Schiess, en conjunto con la Ilustre Municipalidad de Frutillar, impulsaron la construcción de un teatro en el lugar donde se encontraba el antiguo hotel de la ciudad, destruido por un incendio en 1996.
Desde su apertura el 2010, el Teatro se ha destacado por la calidad de sus presentaciones y producciones, y por su profundo compromiso con la formación y la comunidad.
Como una rama de formación de Teatro del Lago, el 3 de enero de 2007, la Escuela de las Artes abrió sus puertas a la comunidad. Comenzó con la oferta de talleres, presentando durante todo el año música, teatro, danza, literatura y artes visuales en sus diversas expresiones, además de clases magistrales con maestros de nivel internacional.
Para Teatro del Lago se trataba de generar un espacio donde existiera una propuesta de calidad para que la comunidad pudiera acceder a la experiencia artística, como un aporte social y comunitario. Gracias a una sentida demanda de la comunidad por participar de este espacio, este proyecto creció y se desarrolló rápidamente.
El elemento diferenciador de Teatro del Lago con respecto a otros teatros y centros culturales de Chile y el mundo, ha sido la declaración explícita de una misión educativa desde sus inicios, la convicción de que a través de la educación y el acceso a la belleza y las artes se puede contribuir a la calidad de vida de las personas y a una sociedad más feliz e integrada. Movidos por este convencimiento, en 2017 se dio un nuevo paso para institucionalizar el crecimiento e impacto del área educativa del Teatro, convirtiéndose así en Fundación Teatro del Lago.
En estos años, Teatro del Lago se ha consolidado como un actor relevante que promueve la cultura, la educación artística y que, con su actividad e impacto, fomenta la descentralización.
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En 1968, la centenaria tradición coral de Frutillar se vio fortalecida por la creación de Semanas Musicales.
Apoyados por la Liga chileno-alemana de Santiago y bajo la gestión de Robert Dick, Arturo Junge, Alfredo Daetz y Flora Inostroza, este evento fue cobrando importancia y con el paso de los años se convirtió en uno de los principales impulsos para la proyección de un teatro de clase mundial en la ciudad de Frutillar.
Inspirados por esta necesidad, Flora Inostroza -a cargo de Semanas Musicales desde 1979- y el empresario Guillermo Schiess, en conjunto con la Ilustre Municipalidad de Frutillar, impulsaron la construcción de un teatro en el lugar donde se encontraba el antiguo hotel de la ciudad, destruido por un incendio en 1996.
Desde su apertura el 2010, el Teatro se ha destacado por la calidad de sus presentaciones y producciones, y por su profundo compromiso con la formación y la comunidad.
Como una rama de formación de Teatro del Lago, el 3 de enero de 2007, la Escuela de las Artes abrió sus puertas a la comunidad. Comenzó con la oferta de talleres, presentando durante todo el año música, teatro, danza, literatura y artes visuales en sus diversas expresiones, además de clases magistrales con maestros de nivel internacional.
Para Teatro del Lago se trataba de generar un espacio donde existiera una propuesta de calidad para que la comunidad pudiera acceder a la experiencia artística, como un aporte social y comunitario. Gracias a una sentida demanda de la comunidad por participar de este espacio, este proyecto creció y se desarrolló rápidamente.
El elemento diferenciador de Teatro del Lago con respecto a otros teatros y centros culturales de Chile y el mundo, ha sido la declaración explícita de una misión educativa desde sus inicios, la convicción de que a través de la educación y el acceso a la belleza y las artes se puede contribuir a la calidad de vida de las personas y a una sociedad más feliz e integrada. Movidos por este convencimiento, en 2017 se dio un nuevo paso para institucionalizar el crecimiento e impacto del área educativa del Teatro, convirtiéndose así en Fundación Teatro del Lago.
En estos años, Teatro del Lago se ha consolidado como un actor relevante que promueve la cultura, la educación artística y que, con su actividad e impacto, fomenta la descentralización.
Para más información de ruta ingresa aquí.
En 1968, la centenaria tradición coral de Frutillar se vio fortalecida por la creación de Semanas Musicales.
Apoyados por la Liga chileno-alemana de Santiago y bajo la gestión de Robert Dick, Arturo Junge, Alfredo Daetz y Flora Inostroza, este evento fue cobrando importancia y con el paso de los años se convirtió en uno de los principales impulsos para la proyección de un teatro de clase mundial en la ciudad de Frutillar.
Inspirados por esta necesidad, Flora Inostroza -a cargo de Semanas Musicales desde 1979- y el empresario Guillermo Schiess, en conjunto con la Ilustre Municipalidad de Frutillar, impulsaron la construcción de un teatro en el lugar donde se encontraba el antiguo hotel de la ciudad, destruido por un incendio en 1996.
Desde su apertura el 2010, el Teatro se ha destacado por la calidad de sus presentaciones y producciones, y por su profundo compromiso con la formación y la comunidad.
Como una rama de formación de Teatro del Lago, el 3 de enero de 2007, la Escuela de las Artes abrió sus puertas a la comunidad. Comenzó con la oferta de talleres, presentando durante todo el año música, teatro, danza, literatura y artes visuales en sus diversas expresiones, además de clases magistrales con maestros de nivel internacional.
Para Teatro del Lago se trataba de generar un espacio donde existiera una propuesta de calidad para que la comunidad pudiera acceder a la experiencia artística, como un aporte social y comunitario. Gracias a una sentida demanda de la comunidad por participar de este espacio, este proyecto creció y se desarrolló rápidamente.
El elemento diferenciador de Teatro del Lago con respecto a otros teatros y centros culturales de Chile y el mundo, ha sido la declaración explícita de una misión educativa desde sus inicios, la convicción de que a través de la educación y el acceso a la belleza y las artes se puede contribuir a la calidad de vida de las personas y a una sociedad más feliz e integrada. Movidos por este convencimiento, en 2017 se dio un nuevo paso para institucionalizar el crecimiento e impacto del área educativa del Teatro, convirtiéndose así en Fundación Teatro del Lago.
En estos años, Teatro del Lago se ha consolidado como un actor relevante que promueve la cultura, la educación artística y que, con su actividad e impacto, fomenta la descentralización.
Para más información de ruta ingresa aquí.
En 1968, la centenaria tradición coral de Frutillar se vio fortalecida por la creación de Semanas Musicales.
Apoyados por la Liga chileno-alemana de Santiago y bajo la gestión de Robert Dick, Arturo Junge, Alfredo Daetz y Flora Inostroza, este evento fue cobrando importancia y con el paso de los años se convirtió en uno de los principales impulsos para la proyección de un teatro de clase mundial en la ciudad de Frutillar.
Inspirados por esta necesidad, Flora Inostroza -a cargo de Semanas Musicales desde 1979- y el empresario Guillermo Schiess, en conjunto con la Ilustre Municipalidad de Frutillar, impulsaron la construcción de un teatro en el lugar donde se encontraba el antiguo hotel de la ciudad, destruido por un incendio en 1996.
Desde su apertura el 2010, el Teatro se ha destacado por la calidad de sus presentaciones y producciones, y por su profundo compromiso con la formación y la comunidad.
Como una rama de formación de Teatro del Lago, el 3 de enero de 2007, la Escuela de las Artes abrió sus puertas a la comunidad. Comenzó con la oferta de talleres, presentando durante todo el año música, teatro, danza, literatura y artes visuales en sus diversas expresiones, además de clases magistrales con maestros de nivel internacional.
Para Teatro del Lago se trataba de generar un espacio donde existiera una propuesta de calidad para que la comunidad pudiera acceder a la experiencia artística, como un aporte social y comunitario. Gracias a una sentida demanda de la comunidad por participar de este espacio, este proyecto creció y se desarrolló rápidamente.
El elemento diferenciador de Teatro del Lago con respecto a otros teatros y centros culturales de Chile y el mundo, ha sido la declaración explícita de una misión educativa desde sus inicios, la convicción de que a través de la educación y el acceso a la belleza y las artes se puede contribuir a la calidad de vida de las personas y a una sociedad más feliz e integrada. Movidos por este convencimiento, en 2017 se dio un nuevo paso para institucionalizar el crecimiento e impacto del área educativa del Teatro, convirtiéndose así en Fundación Teatro del Lago.
En estos años, Teatro del Lago se ha consolidado como un actor relevante que promueve la cultura, la educación artística y que, con su actividad e impacto, fomenta la descentralización.
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